Palabras clave: precios, verduras envasadas, supermercados, pequeño comercio, percepción del consumidor, educación para el consumo
En una entrada reciente del blog, se mostraba que los supermercados son más caros en verdura fresca que el pequeño comercio.
Algunas de las explicaciones de este mayor precio pueden ser que se echa a perder una mayor proporción de producto fresco y estas mermas hay que compensarlas aumentando el precio de venta, que nos están cobrando un sobreprecio por facilitarnos hacer la compra en un mismo establecimiento y con horarios muy amplios, o que la manera como se etiquetan los alimentos frescos nos hace pensar que son más baratos de lo que son en realidad. Vamos a centrarnos en este etiquetado de los precios.
En el pequeño comercio las frutas y verduras se suelen presentar a granel y con el precio de venta por kg de producto. Con este sistema es fácil valorar si el precio de un alimento es caro o barato. Sin embargo, en los supermercados, es frecuente que se ofrezcan envasadas en bandejas de cartón, en bolsas de plástico o en mallas y con un peso diferente al kg. En estos casos, no es tan sencillo conocer el precio por kg porque hay que fijarse en el precio por kg que aparece en tamaño más pequeño debajo del precio que vamos a pagar. Cuando los envases son inferiores al Kg, podemos escogerlo pensado que es más barato sin darnos cuenta que estamos comprando menos de 1 kg.
Esta mañana he ido a un supermercado y he encontrado “tomate en rama” envasado en una bandeja de cartón a 2,93 euros, y otro a granel a 2,58 euros. El primero parecía la mejor opción porque, aunque era algo más caro, tenía una mejor presentación al estar ubicado en una zona más iluminada del establecimiento, y bastaba con introducirlo en el carro de la compra sin necesidad de tener que ponerse unos guantes, agacharse a donde estaba la caja de tomate a granel, escoger los tomates, colocarlos en una bolsa y pesarlos. Sin embargo, al ver ambas opciones con más calma, se observa que los envasados pesan 500 grms, así que el precio por kg era de 5,86 euros, más del doble de lo cuesta el que se vendía a granel.
Y la calidad de ambos tomates era semejante. Los tomates envasados habían sido cultivados en Almería, eran de una “Categoría I”, y el intermediario que los había vendido al supermercado era “Cultivos Araba”. Los tomates a granel habían sido cultivados en Portugal, también era de “Categoría I” aunque de un calibre algo mayor, y habían sido importados por el mismo proveedor, “Cultivos Araba”.
Los envases de frutas y verduras requieren de un gasto energético importante para su elaboración, generan un problema medioambiental por la gestión de sus residuos, y dificultan que muchas de las personas que escogen estas verduras se den cuenta del alto precio que están pagando.
Sociología del sistema alimentario 