¿ La agricultura ecológica podrá crecer todo lo que necesita Europa ?

Producir alimentos de manera ecológica supone hacer un manejo de los recursos agro-ganaderos distinto al que hace la “agricultura convencional”. Una de las principales diferencias es que se prohíbe el uso de productos químicos de síntesis para abonar la tierra o para hacer frente a las plagas ya que se ha visto que estas sustancias tienen importantes impactos negativos sobre la calidad de la tierra y del agua, la biodiversidad, o la salud de las personas. Así que en la agricultura ecológica los fertilizantes se sustituyen por compost y los pesticidas o “venenos” por tratamientos naturales o un cambio en el manejo como la asociación de cultivos.

Quienes hacen agricultura ecológica están controlados por una entidad con el fin de confirmar que sus prácticas agrarias o ganaderas se realizan según la normativa existente. A nivel europeo la agricultura ecológica está regulada por el Reglamento (CE) 848/2018. Los alimentos ecológicos se identifican en la Unión Europea con la euro-hoja” de color verde que incluye su etiquetado.

En el contexto europeo hay un aumento constante de la agricultura ecológica. En el caso del País Vasco, los datos oficiales los aporta Ekolurra y distingue entre los “operadores” (la suma de agricultores, industrias y empresas de distribución), y las hectáreas inscritas que gestionan los agricultores y ganaderos.  Se ha pasado de 49 operadores con 221 hectáreas en el año 1997, a 710 con 7.905 hectáreas en 2021. A lo largo de este período, ha habido un crecimiento constante tanto de los operadores como de las hectáreas manejadas de forma ecológica.

evolución de la agricultura ecológica
Evolución del número de operadores y de hectáreas inscritas en ecológico en el Pañis Vasco

La Unión Europea quiere impulsar este tipo de agricultura para que el sistema alimentario sea más sostenible. Para ello, en el año 2020 diseñó la Farm to fork strategy (“Estrategia de la granja al tenedor”) donde se plantean diferentes medidas con el fin de alcanzar ciertos objetivos para el año 2030 como: una reducción del 50% del uso de los plaguicidas, una reducción del 20% del uso de fertilizantes, una reducción del 50% en las ventas de antimicrobianos empleados en los animales estabulados, o que el 25% de las tierras agrarias estén inscritas como ecológicas.

Con el fin de ver si el País Vasco será capaz de alcanzar este último objetivo, se ha analizado el porcentaje que suponen las hectáreas inscritas en ecológico (tanto las dedicadas a cultivos como a praderas) sobre la superficie agraria existente. Por superficie agraria se entiende la “Superficie Agraria Utilizada” (SAU), que es la suma de las “tierras labradas” (sembradas con herbáceos, cultivos leñosos, etc.), y los “pastos permanentes” (ocupados por hierba y forraje para los animales). El resto de la tierra agraria es la menos productiva porque está ocupada por el terreno forestal o es erial.

Al ver los datos disponibles en el INE, llama la atención la fuerte pérdida de tierra agraria en los últimos años. Se ha pasado de disponer de unas 240.000 hectáreas en el año 2005, a unas 180.000 en el año 2015. Se ha perdido el 25% de la superficie productiva agraria en solo 10 años porque se ha ido dedicando a otros usos como construir viviendas o crear infraestructuras.

Las hectáreas gestionadas de forma ecológica suponen una parte muy pequeña de la SAU del País Vasco a pesar del crecimiento constante de los últimos años. Los últimos datos disponibles, los del año 2016, indican que solo el 1,8% de la superficie agraria está inscrita como ecológica. En el año 2023, este porcentaje quizás ronde el 2,5%, y la previsión es que en el año 2030 llegue al 3,5% de la superficie.

sau inscrita en agricultura ecológica superficie agraria utilizada

El ritmo de crecimiento de la agricultura ecológica en el País Vasco es muy bajo y no es probable que se alcance el 25% que pide la Unión Europea. Las instituciones, el Gobierno Vasco y las Diputaciones, deben de empezar a apoyar este tipo de agricultura de una forma decidida y no marginal porque es la manera de hacer una política alineada con las prioridades europeas y, sobre todo, de ayudar al medio ambiente y a las personas.


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